Para mí, la pintura abstracta requiere un gran formato. Sin embargo, es cierto que al carecer de un tema identificable (religioso, histórico, paisajístico, retrato, etc.) la pintura abstracta corre el riesgo de cumplir una mera función decorativa, rellenando el espacio generalmente frío y plano del muro.
¿Qué pretende el pintor al huir a conciencia del mundo conocido y reconocible, lo figurativo? ¿Solo intenta conseguir formas y colores que de algún modo se aproximen al concepto de belleza? ¿Pero acaso se puede conseguir emitir un mensaje con tan poca cosa: formas irreconocibles, colores que no transmiten formas? Sí, claro, la música lo consigue sólo con sonidos. Y una pintura abstracta lo puede ser todo, incluso música.
¿Y qué espera el pintor de quien mira su obra? De ningún modo el pintor abstracto puede pretender que cuantas personas observen su obra encuentren en ella un mensaje claro, concreto, preciso, listo para compartir con otros observadores.
En el expresionismo abstracto de Pollock el observador debe conmoverse, sí; el caos ordenado del color, la profundidad del espacio enmarañado, la ausencia de puntos o zonas centrales, el inexistente rastro del pincel, los falsos límites del lienzo... Quien observa, si de verdad sabe mirar más allá de la piel, encontrará tal vez el tiempo, la belleza, el amor, el final, lo inasequible, aquello para lo que carecemos de conceptos, de términos, de palabras. Porque esto es la abstracción: algo entre el átomo y el universo, pensado y sentido, pero no dicho.
Ante obras como estas de Pollock, muchas personas exclaman: "¡Qué tontería! Eso lo hace hasta un crío chico". Pero las manifestaciones artísticas deben ser valoradas en su contexto histórico. Bien es cierto que el arte, y particularmente el contemporáneo ha sido fagocitado por el mercado, dando un precio elevadísimo a muchas obras que carecen del mínimo valor. En este sentido, la supuesta obra de arte proporciona un estatus social a su comprador y el precio pagado forma parte de un negocio sin escrúpulos.
En esta novelita la autora, Angela O'Keeffe, nos ayuda a aproximarnos al arte de Pollock a través de una de sus obras más reconocidas.
Puedes encontrarlo en nuestra Biblioteca.
Blue Poles, 1952. Esmalte y pintura aluminio con vidrio sobre lienzo. Dimensiones: 212,1 cm × 488,9 cm |
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