Una de nuestras últimas novedades incorporadas a la biblioteca ha sido la novela 1984, de George Orwell. Se trata de una novela distópica que imagina un mundo donde el poder político aplasta al individuo, que se ve privado de cualquier libertad, incluso la de amar. Y, por supuesto, donde la poesía está completamente prohibida.
Con motivo del Día de la Poesía, que hemos celebrado en la biblioteca leyendo varios poemas en voz alta, he escrito unos versos inspirados en la obra de Orwell.
El mundo ya no giraba,Un amor de 1984
era una desolada planicie
sin ningún destino,
arrastrándote entre la masa,
perdido ante el espejo,
vigilado al respirar,
perseguido al imaginar.
¿Quién podría ser yo en ese presidio?
¿Un insignificante número?
¿Una pieza de desguace?
Nadie, para ser exacto.
Oculto, miento, engaño…
pero sé de qué poco servirá todo eso.
Sé adónde me llevará.
Escucho tus gritos de odio
bajo el disfraz que esconde
tu mirada amorosa.
Somos dos peregrinos en un mundo
que agoniza tras la vigilante pantalla.
Huimos por la senda sin salida
en la que nos atraparán.
Un amor condenado,
un amor que nos engañará sólo un instante,
que nos destruirá pronto para siempre.
Estoy en sus manos, Julia.
El dolor y la angustia me vencerán.
El sufrimiento me dará paz,
la esclavitud me liberará,
el olvido será mi fortaleza.
Grito en silencio: ¿Y el amor?
El odio es el amor, Winston.
Sí, ya te he comprendido.
Este terror que chilla ante mi rostro,
las ratas que devoran mi última certeza.
El Hermano Mayor me recibe, complacido.
Julia, suelta esta mano vencida.
Ya no soy nada,
tan sólo hojarasca
bajo las ramas del castaño
donde te vendí.
Julia, suelta esta mano vencida.
Ya no soy nada,
tan sólo hojarasca
bajo las ramas del castaño
donde te vendí.
José Antonio Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario