23 febrero 2025

Un poema viene a verme: ¡Oh, cuál te adoro!

La autora

Carolina Coronado nació en Almendralejo en 1820, aunque con tan solo cuatro años su familia se trasladó a Badajoz. La formación tradicional reservada a las mujeres, no le impediría comenzar a escribir poesía desde muy temprana edad.

Sufría de catalepsia crónica,​ lo cual pudo contribuir a despertar su temperamento romántico. Esa enfermedad provoca la pérdida momentánea de la sensibilidad y de la movilidad, por lo que la persona parece estar “muerta”, y Carolina sufrió varias crisis a lo largo de su vida, lo que hizo que se obsesionase con la idea de poder ser enterrada en vida.

En 1848, una enfermedad nerviosa la dejó medio paralítica y los médicos le recomendaron tomar aguas cerca de Madrid, por lo que trasladó su residencia a la capital. Allí se casó en 1852 con sir Justo Horacio Perry, diplomático en la embajada de Estados Unidos. El matrimonio tuvo tres hijos.

La obsesión por la muerte llevó a Carolina a embalsamar el cadáver de su marido, fallecido en 1891, negándose a enterrarlo e incluso dirigiéndose a él con el apelativo de "el silencioso" y "el hombre de arriba".

Nuestra autora fue también activista contra la esclavitud y llegó a formar parte, junto con Concepción Arenal, de la Sociedad Abolicionista de Madrid.

Carolina Coronado falleció en 1911 en Lisboa, pero sería enterrada en el cementerio de Badajoz.



¡Oh, cuál te adoro!

¡Oh, cuál te adoro! Con la luz del día
tu nombre invoco apasionada y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aún te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se concentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.

No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando tu amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento.

Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrasada en el aire que respiras.

Badajoz, 1845

Análisis del poema

Se trata de un poema de contenido amoroso, el tema principal del Romanticismo, estilo en el que se encuadra toda la obra de Carolina Coronado.

El poema está formado por cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. Los versos son endecasílabos y la rima es: ABBA, ABBA, CDC, DCD.

La poeta expresa su dicha por amar y sentirse amada. Su alma no tolera alejarse del amado, por eso reclama su presencia. Destaca la voz de éste cuando le revela a ella, la amada, su amor. Es tal la intensidad amorosa que tiembla ante la voz y la mirada de él. En fin, desearía morir envuelta en el aire de su amado.

Este poema es una loa algo exaltada al sentimiento amoroso. La poeta, a través del yo poético, deja emerger un sentimiento apasionado hacia un amado que nos resulta misterioso, pero irresistible para la amada. El amor como razón de vivir, fuente de felicidad, justificación de pensamientos, sentimientos, acciones y emociones, se erige en eje existencial de la poeta. Sin él, no se concibe una existencia tolerable.

El soneto resulta equilibrado, armonioso y perfectamente estructurado; el lector avanza llevado por una expresión clara y firme de los conceptos en torno al amor.

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